Debemos entonces tomarlo con calma, paseando por la orilla, buscando el mejor lugar y el mejor momento para hacerlo. Allí pondremos piedrecitas que nos ayuden a ir saltando, o nos despojaremos de toda la ropa que nos encadena a este lado del río y nos lanzaremos de cabeza, a nadar, contra la corriente o a favor, pero sin dejar de mirar la otra orilla, donde seguro habrá una mano amable que te ayude a salir, que te regale ropa seca, nueva y de otro color.
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Hace 1 hora
La experiencia nos da la sabiduría y ella nos mostrará el camino más seguro para cruzar. Con la visión de la mano amiga que al otro lado estará para ayudarnos a salir, si las cosas no salen del todo como esperábamos.
ResponderEliminara veces si dan ganas en tirarte de cabeza y no mirar atrás,pero es difícil, muy difícil hacerlo, hay cosas en la orilla que te encadenan, aunque se podria probar con la ilusión de no quedarnos en el intento .
ResponderEliminarNo hay ningún río imposible de saltar.
ResponderEliminarlo mejor es la mano amiga que te espera en la nueva orilla
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