miércoles, 2 de junio de 2010

Cena para tres.



La cena se enfriaba en la mesa y los tres comensales miraban desganados la flor del centro, los tres con la mirada perdida, ausente del mundo. Pablo esperaba que su mujer y su mejor amigo, comenzaran a degustar las delicias que había preparado para la ocasión. Durante el vino anterior habían estado muy habladores ambos y ahora callaban, quizá no les gustaba la presentación de los platos, quizá callaban porque se sentían culpables, por el remordimiento de tener una aventura durante un año sin habérselo comentado. Quizá se lo iban a comentar hoy.
No debería haber puesto veneno en el vino, mejor hubiera sido en el café.

2 comentarios:

  1. En el vino ha estado bien, cuanto antes acaben los malos tragos mejor ¿para que alargar la agonía?

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  2. No se debe malgastar el veneno en ir contra el amor, quizás habría que haberse sentado y analizar que se esfumó.

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