domingo, 28 de noviembre de 2010

El libro de Julieta.




No es un cuento, es una historia real que descubrí después de largos años de peligrosas investigaciones, y que tras concluir quiero mostrar a la luz.
La historia comienza en una bella ciudad francesa a finales del siglo XVIII, en una casa de bellos jardines donde vivía una pareja con buena posición económica. Para el doceavo cumpleaños de su hija Julieta, encargaron a un famoso artesano encuadernador la confección de un libro en blanco, para regalárselo a la niña y que fuese escribiendo un diario.
Julieta recibió entusiasmada el regalo, el libro junto a una bonita pluma y tinta de buena calidad. Pronto decidió que no sería un diario, pues al tener menos de cien páginas lo terminaría en pocos meses, decidió que escribiría las cosas buenas que le ocurrieran o sintiese en su vida.
Al conocer a la que sería su mejor amiga y estar segura de que lo sería, lo escribió en las dos primeras páginas durante una tarde sentada en los jardines, al terminar metió una flor de Amapola entre esas dos primeras hojas de papel antiguo escritas. Un tiempo después, en las dos siguientes escribió su felicidad al nacer un hermanito y en esas hojas guardó un Lirio del jardín.
El día que un chico le produjo mariposas revoloteando en el estómago lo escribió en su libro, acompañando esas letras de unas pequeñas flores de Violetas. Su primer beso con ese mismo chico fue acompañado de una rosa y la primera vez que hizo el amor colocó en esas páginas una pequeña y bella Orquídea.
Así, su vida, lo mejor de su vida, los momentos alegres y los sentimientos más bellos fueron contados en esas páginas acompañados de flores, entre cada dos páginas una flor distinta, hasta completar el libro cuando tuvo su primer y único nieto. Sus herederos conservaron el libro cerrado como ella lo dejó, envuelto y presionado en una bonita piel, hasta que pasadas dos generaciones, el volumen fue a parar a manos de la iglesia, que en su interior descubrió un secreto y lo guarda desde entonces como un tesoro en la biblioteca del Museo Vaticano.
Cuentan susurros autorizados, que cuando el libro es abierto por la primera página la estancia del museo se llena de un intenso olor a Amapolas, tan puro y tan nítido que todos los que están alrededor pueden apreciarlo. La fragancia que se desprende tiene además un efecto extraño, pues es capaz de transmitir al cerebro de los presentes, las letras y los sentimientos impresos en esas páginas sin siquiera estar leyéndolo. Al pasar una página de nuevo aparece un nuevo olor, el de los Lirios que se suma al anterior, y lo inunda todo en una mezcla perfecta de aromas, produciendo el mismo efecto, la lectura involuntaria y cerebral de lo allí escrito.
Al continuar con la exploración del libro, cada aroma de cada flor se va sumando en el ambiente, creando en las personas de alrededor un bienestar y una calma inquietantes, transmitiéndoles una tranquilidad y una paz desconocida por la mente humana.
Cuentan que solo dos personas consiguieron terminar de abrir por completo el libro de Julieta, y que ambas murieron en la última página con una expresión de felicidad en su cara. El resto de personas que lo han hojeado no han tenido la necesidad de verlo al completo, a mitad del libro lo cerraron satisfechos, sin ninguna curiosidad personal ni científica. Espero que algún día muestren al mundo el libro de Julieta, un tesoro secreto escondido en lo más recóndito de la Biblioteca del Vaticano.

1 comentario:

  1. Es el mismo efecto que produce pasear por Saltarrios, olores nuevos, colores que llenan los ojos, caricias en palabras, susurros entre lineas, música que estimula los sentidos....... Bella historia la de Julieta, que me induce a saborear aun más, cada detalle que pueda pasar en mi vida.. Gracias Kili

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