miércoles, 6 de enero de 2010

Una vieja iglesia.


Íbamos los cuatro de excursión por la montaña, una tarde tras cruzar un bosque apareció ante nosotros una aldea abandonada. Todas las casas estaban en ruinas, todas excepto un edificio, la iglesia se mantenía en pie.
La noche se cerró en tormenta y decidimos pasar la noche en la única construcción en pie, la vieja iglesia. Encendimos velas, alguien comentó que sin duda una iglesia abandonada es la morada del diablo. Reímos.
A media noche una ráfaga de viento apagó de pronto las velas, quedamos a oscuras. Volvimos a encenderlas y pudimos ver algo nuevo en el viejo altar. Nos acercamos había un cáliz, un copón y una patena. Dentro del cáliz estaba la sangre de Cristo y dentro del copón ostias consagradas, el cuerpo de Cristo. ¿O no eran de Cristo?, tomamos el rojo líquido y las obleas.
Esto es real y ocurrió de verdad hace un año, solo yo estoy aún vivo y puedo contarlo.

1 comentario:

  1. Da miedo pensar que pueda ser verdad, pero me pregunto ¿y si lo es? Aquilino debo pedirte por favor que sigas vivo para poder seguir llenando nuestras vidas con todo lo que ofreces en este maravilloso blog. Un saludo

    ResponderEliminar

Puedes dejar aqui tu comentario.