viernes, 26 de marzo de 2010

El jardín zen.

Vivía sola y un día un amigo vino a tomar café, me trajo un regalo sin venir a cuento, son bonitos los regalos así, era un jardín zen en miniatura, de esos con arena y piedrecitas, me hizo prometer que lo cuidaría.
Pasaron días en los que yo dibujaba en la arena, colocaba las piedrecitas a mi antojo, me divertía. Una mañana me levanté y desayunando me di cuenta que había algo escrito en la arena del jardín, dos palabras -estoy aquí-.
Me asusté, yo no lo había escrito y nadie entró en mi casa, pensé y pensé, lo borré y no le di importancia, lo olvidé, hasta la mañana siguiente, cuando descubrí otras palabras -viviré contigo-. Directamente tiré el jardín zen a la basura.

La tercera mañana en mi salón había arena en el suelo, y unas palabras -vivirás conmigo aunque no quieras-.
Ha pasado ya un mes, con un mensaje diario en el suelo, el último dice –morirás mañana-

4 comentarios:

  1. No debió tirarlo a la basura ahora quizá solo le queda morir mañana......

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  2. es verdad si no lo hubiera tirado podria haber escrito alguna respuesta y combatirel mal con las palabras.

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  3. Quizás el zen significaba la muerte: estoy aquí, viviré contigo.....
    Fíjate si la muerte está segura de su victoria, que te dá toda la vida de ventaja.

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  4. si aun no has muerto para cuando leas este comentario,prueba algo menos insultante para el manitou de la arena,y rociala con pegamento en spray para ver con que prediccion te responde.

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